Cómo conseguir fritos más saludables

Existen trucos para hacer que las frituras no sean el diablo de las dietas. Las frituras tienen cabida en cualquier alimentación sana y además tienen el poder mágico de sacar lo mejor de los alimentos menos atractivos.

No queremos reventarle a ningun nutricionista el buque insignia de cualquier método de adelgazamiento o dieta saludable. El no a los fritos es incuestionable. Inamovible. Indispensable. Titular indiscutible. Sin embargo, como seres humanos curiosos, cabe preguntarnos si esto debe ser así. Y resulta que no, que los fritos cocinados adecuadamente no tienen que convertirse en el motivo radical de nuestros michelines o el colesterol.

Freír no es lo más sencillo del mundo, al menos si queremos unos fritos de calidad. La mala fritanga sí puede acarrear consecuencias negativas para nuestro cuerpo. Por eso, os traemos algunos trucos para que podáis comer fritos sin que os engorde la panza o la conciencia.

  1. Utiliza un buen aceite. Cuanto más extremas son las condiciones a las que vamos a someter el aceite, y 180 grados de temperatura es algo bastante extremo, mejor calidad necesitaremos. Olvida eso de que el aceite vegetal es para freír, elige un aceite de oliva. Y si es virgen extra, mejor.
  2. No los mezcles. No es recomendable mezclar aceites de distintos tipos o de distintos usos. Todas esas condiciones influyen en el punto de quemado. Es decir, el aceite que llegue antes a ese punto, podría freír al que aún no ha llegado.
  3. Seca bien los alimentos. Si has enjuagado los alimentos antes de rebozarlos, asegúrate de que están secos. El agua puede variar la composición del aceite.
  4. Cuida la temperatura. La temperatura debe conseguir cocinar el interior de los alimentos sin quemarlos por fuera. Que queden dorados y bien hechos. Calienta siempre el aceite alrededor de 180 grados. Recuerda que los alimentos quemados son muy perjudiciales para la salud.
  5. Elimina el exceso de aceite. Un clásico. Esto lo hacemos todos. Un escurridor o un plato con papel de cocina para dejar reposar los alimentos una vez que los sacamos de la sartén o la freidora nos ayudará a eliminar el aceite que no necesitamos consumir.
  6. Fríe con semolina. La semolina es un producto especial para freír que se obtiene del trigo, como la harina, pero tiene un grano más grueso, por lo que absorbe menos aceite. Además, ensucia menos el aceite y prolonga su vida útil.

Con estos sencillos trucos, podemos hacer las paces con las frituras.

Convertir a este enemigo de nuestra alimentación en un muy buen amigo y disfrutar de su compañía.

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