Ese olor inconfundible que nos hace salivar sabedores de que cerca de nosotros se está friendo uno de los mayores manjares de la gastronomía andaluza. Es ese mismo olor que cuando nos sentamos a la mesa de un restaurante nos llega mientras ojeamos la carta y pensamos “ojalá sea la cocina a la que voy a pedirle de yantar ahora”, para buscar en la carta esas dos palabras, como quien se busca las llaves de casa en los bolsillos a las cuatro de la madrugada: adobo frito.
Todo lo que se diga de él es poco. Lo sabemos. No siempre se cuenta con la suerte de tener cerca una de estas cocinas. Por lo tanto, hemos pensado en hacer buena la de casa. ¿Cómo? Pues dejándoos esta estupenda receta de adobito. ¿Te atreves?
¿Qué vamos a necesitar?
Las medidas que os daremos a continuación son para 4 personas. Si sois más, aumentad en proporción. Pero si sois menos, dejadlo igual ¡porque no creemos que os sobre!
- 500 gr de cazón limpio y troceado en filetes o pedacitos.
- Un vaso grande de vinagre.
- Un vaso grande de agua.
- Perejil picado.
- Orégano.
- Una cucharadita pequeña de pimentón.
- Semolina Semol.
- Aceite de oliva para freír.
- Adobo de cazón en un plato
¿Lo tienes todo listo? Pues empezamos.
Lo primero que haremos será poner el pescado troceado en un recipiente. A continuación, lo cubrimos con el vinagre, el agua, el orégano, el pimentón y el perejil. Añadimos la sal y mezclamos todo muy bien con las manos.
Este marinado necesitará 24 horas de reposo para que el pescado absorba bien el gusto.
Una vez reposado, sacamos los trozos de pescado, los secamos bien y los rebozamos en la semolina mientras calentamos el aceite en una sartén.
Cuando todo el pescado esté rebozado y el aceite muy caliente —unos 170 grados—, metemos los trozos en el aceite para freírlo.
Consejo: Recuerda que para frituras de calidad recomendamos siempre usar un aceite de oliva virgen extra. Ya sabeis, a condiciones más extremas de cocción, mejor aceite necesitaremos.
¡Ya tenemos listo para servir nuestro adobito frito casero! Solo hay una cosa mejor que llegar al restaurante del que sale el olor a adobo. ¡Que salga desde nuestra propia cocina!